es sábado y llueve. ¿qué hacemos con los niños? --dijo la mujer de musculosa roja sin levantar la vista del líquido que dentro de la licuadora daba vueltas pastosamente. qué --respondió la jovencita de camisa a cuadros. que es sábado y llueve, dije --dijo repitiendo la frase y explicando a los gritos porque el ruido de la licuadora todo lo cubría--, y también dije, qué mierda hacemos con los niños, en realidad te preguntaba. no sé, pero si salís, no se te ocurra traerles globos --dijo la mujer de camisa a cuadros que ahora se ha puesto un sombrero azul y se ha tirado en el sofá acentuando su imagen de cow-girl, qué --dijo la de musculosa roja con una mano sobre la tapa de la licuadora y la otra prendida como un imán al aparato celular, la vista ahora metida en la pantalla luminosa en la que escribe un mensaje. que hagas lo que quieras menos traerles globos. no se te ocurra --respondió gritando la de camisa a cuadros. pero por qué --dijo la de rojo. mejor no te explico ahora. pero haceme caso, no le traigas globos --remató la de cuadritos, la cow-girl, que ahora se encierra en el sombrero que no es de ella y se tapa la cara. niños no.
sábado, 8 de agosto de 2009
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