domingo, 10 de febrero de 2008

consecuencias naturales


El poeta Paulo Leminski (Curitiba 1944-1989) detestaba a quienes no producían, afirmaba que aunque sea en el ámbito del bandidaje el hombre tenía que tener una producción mínima que mostrar. Creo en esa forma de ver la vida. Junto con Leminski no llego a entender, me cuesta, a aquella gente que puede estar haciendo nada. Este blog es una de las cosas que hago y muestro. Lo hago porque se me da la gana, nadie me lo pidió. A falta de dinero para comprar carpetas, archivadores, escritorios, lámparas, lápices y todas esas cosas materiales, mi oficina está aquí en este blog, este es mi lugar de trabajo, aún estoy acomodando los archivos, aún no conozco bien las posibilidades, pero estoy acá trabajando. Estos últimos días me entretuve respondiendo mails, enviando materiales pedidos, corriendo tras la supervivencia, por esas cosas estuve ausente de la pantalla durante toda la semana, hubo, creo que, una correspondencia en ese pensar y escribir en estas páginas sobre los niños desnutridos, y el parate de los textos. Fue demasiado. Me da asco que a casi nadie se le mueva un pelo ante esas cosas. Carla Fabri hizo un comentario, pregunta ¿qué hacer ahora? Yo sé lo que hay que hacer, pero no creo que este blog sobreviva si lo digo así tan campante. Hubo alguna alegría, cuando nos enteramos que los envíos de los temas del blog a los periodistas movilizaron el interés por publicar algo sobre los escritores e Internet. Gracias a Rosalía Cicciolli, por el contacto, las preguntas y el reconocimiento a este lugar de trabajo, mi oficina virtual. La publicación a fin de cuentas, fue una consecuencia de la producción. Natural, claro.

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