la sincronización para el salto magnífico no se sostiene en el hartazgo de un ejercicio hasta la perfección sino en el único movimiento posible para lograrla, lo irreemplazable e impensado, de igual modo el agua, aunque sucumba, viaje sin posibilidad de regreso, fruta que se estrella y revienta aunque las semillas
jueves, 12 de marzo de 2009
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