y es puro
y es amor
y es torrencial
y arrecia
y como el tiempo
y como las rachas
y como la lluvia
infla las velas
para que el derrotero se haga veloz / se
pierda bajo la altura de las olas, se pierda bajo la altura de los
árboles de la selva, en esa humedad de mar y en esa humedad de hojas, se pierda
al fin y arme sus rondas cristalinas / de gotas que salpican / de gotas que
prendidas en las puntas de lo verde se quedan hasta morir como si fueran parte
de estos esqueletos blandos / de estos esqueletos blandos / de estos esqueletos
blandos
y mueven todo el mar
y mueven toda la
selva
y es puro el amor por la blandura
y es torrencial el
amor por la capacidad furiosa de fulgurar en el aire por un instante a toda
velocidad en un trazo recto y clavársenos en los cuerpos
y arrecia el amor y
deja en la arena roja su marca / la de los picos de todos los pájaros que se
han roto el cuello incrustados ahí
las historias del
amor
y esto es un
discurso, sí / es un discurso como no es el amor / es un discurso hecho con las
prendas desnudas del cuerpo / con las cuerdas que se estiran que se tensan y
que vibran que no música pero algo tan parecido / con el volumen fibroso de la
pulpa de las frutas de las tunas / con el brillo azaroso que se recuesta y
rebota y se dobla y se vuelve enceguecido para ver a los amantes
las historias del
amor
pero el amor de los
cuerpos tiene sus descansos / sus dormideras / sus despertares / sus modorras y
es ahí en ese lugar donde podemos ver y tocar el árbol de la vida y el árbol de
la sabiduría y el árbol de las frutas que imitan las texturas y las
consistencias y se desangran / entonces / entonces los cuerpos adquieren una
liviandad y una alegría
se vuelven leves /
dejan de existir en el mundo material de los objetos pesados:
sí que vamos /
tropical ambiente /
de paso liviano /
ligero y aéreo / sí
que vamos / de palmera erguida / hierba aérea y brava / distracción pelada / de
agua cristalina / sí que vamos / de la roca fresca / del salto en el aire / de
la luz y el agua / sí que vamos / no hay la mugre y… / nadie nos delata / somos
parte verde / bosques que se cierran / tapan nuestros pasos / borran la memoria
/ sí que vamos / para desnudarnos / en las hojas hondas / donde muelle y muelle
/ y muelle y muelle / y muelle y muelle / sí que vamos /
y en otros
capítulos azules, marrones, púrpuras, naranjas, verdeagua / los colores
ascienden en las redes
breves y dulces
como una armónica /
como una aparición
/ como la sombra de un caballo que ascendiera en sueños / salen de un mar que
golpea la roca / un beso en cada gota / de esas que se quedan en el aire / y
brillan una eternidad / breve / sí / brevísima / la eternidad del agua que cae
desde la alta roca / con su rumor / con sus peces / con sus redes / otra vez
las redes que te atrapan / y se elevan en el aire y se dejan estar en el
ensueño
pura música
quién dice que la
música no es puro amor / en su quietud anodina y anestesiada / en su movimiento
siempre cíclico como el del sexo / en sus bamboleos / en su furioso crepitar
como de leña astillada / furiosa la música o queda / pero siempre sucumbe en
los desprendimientos / en la trágica riada que arrastra incluso y a veces hasta
los gritos /
y las cosas
terminan de la misma manera como comienzan / la marca inicial / la que se ve
con luces especiales / desde la luminosidad de una escama / esa transparencia
que recorre la materias terrosas / las materias acuáticas / las materias aéreas
y esa intangibilidad que es la pura realidad del fuego y en todas se adormece
contenida, y en todas se agita desatada
las cosas en su fin
son como en el comienzo
puro amor
torrencial arrecia / con sus tormentas / con sus vientos / con sus vendavales /
con sus brisas / con sus noches estrelladas / o llenas de nubes panzonas o
estiradas / con sus briznas y lloviznas y es puro y es amor y es torrencial y
arrecia y es puro y es amor y es torrencial y arrecia
puro
amor
torrencial
arrecia
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