martes, 26 de agosto de 2008

sobre las piedras y su espacio inmutable

hay un momento en que la piedra adquiere su color verdadero, el color que perdura, el inmutable, ese que a pesar de las lluvias y el viento y las pisadas ya no verá pasar el tiempo. el momento exacto la piedra no lo sabe, por ser piedra y porque es difuso. el lugar que ocupa no es el de la muerte. es otro sitio tan inmutable como ese silencio pero diverso. se trata de un lugar donde el perdón es imposible. se trata de una cuerda que no se tensa ni se afloja. donde todo permanece la piedra adquiere su color inmutable. llegar hasta ese espacio infinito significaría el abismo. pero aún no deseo el abismo. aún deseo la piedra blanda.

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