domingo, 4 de octubre de 2009

UN POEMA PRIMITIVO, EDITH

este es un poema primitivo : un poema para Edith que no lo espera
un poema que cuando habla del frágil cuerpo de las bailarinas, en realidad está hablando de mis propios vínculos con mi propia muerte
un mantel inerte que extendido sobre sus cuatro patas y en el aire sostiene la osamenta mía
¿comienzas a entender por qué este es un poema primitivo?
algo parecido a las palabras que podría haber pronunciado Akehraton en el desierto
y vino tu cuerpo a pararse frente a mí
soltó sus pasos desde las cornisas
se detuvo un instante
un rayo me dijo : es por esto que has buscado a las mujeres que danzan, las mujeres que vuelan, las mujeres que traman sus pasos hasta el exacto momento de la quietud
¿te das cuenta Edith, quién te ha enviado a decírmelo?
ahora entiendes por qué he buscado a las mujeres que danzan, a las bailarinas
vivir en la verdad, Akehraton, las bailarinas, cuyos cuerpos crujen al menor contacto de las manos, tu cuerpo Edith, que es el cuerpo de todas
nunca hubiera imaginado esta aparición
tu nombre no estaba en esta historia
el golpe lo diste ahora
en la calle
por eso es un poema primitivo
con la fuerza enormísima de lo frágil, y atas las cañas cortadas y planas formando cruces y centellas
nunca había habido tan púrpura impacto de fragilidad
un martillazo de materia que se hace saltando desde las sombras
un poema primitivo como este, nunca había habido
saltas, Edith, de la sombra a la materia, y te haces así, en un solo acto, representación de lo que se desintegra; y te esfumas y te desintegras en mis manos, bajo mi mirada, ante la primera intención de tocarte, eres sólo ese instante antes de desintegrarte, nube que no apacible, su jirón, su ala, su deshecho enjambre
saltas, de la sombra hacia la materia y te quedas como si hecha de carne y hueso burlando la mirada, te aprietas a mi cuerpo y ruedas con tus campanas y cascabeles sobre la dura oposición del asfalto
un poema primitivo no puede hablar de amor ni de muerte ni milagros
la quieta figura (y todo el mundo lo sabe), trae odres invisibles cargados de genios que al asomar sus cabezas eructan cielos y, habladores, pintan la superficie de amarillo, la voz aguda y azulada del látigo, el estampido, la oscuridad revela el impacto golpeador de lo inmóvil
el cuerpo de Edith aparece y desaparece alternadamente en distintos puntos
el cuerpo de Edith se deshace al contacto de mis manos
El cuerpo de Edith
¿lo entiendes? ¿entiendes al poema primitivo?
y entonces disparas, aprécialo, pareces decirme con la voz que transporta en el adentro
el cuerpo de Edith que no lo espera

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